sábado, 9 de abril de 2011


Nos dicen que las estaciones tienen contratos de tres meses con el año, y que son fijas en su ir y venir.  Que puntuales llegan y se van el día veinte y tantos.
Y te enganchas como un poseso al mes de enero , tachando con cruces rojas los días que pasan hasta marzo, arrancado días, solo por poder decir…ya es primavera.
Que va, no es primavera.
La primavera llegó hace algún tiempo, acompañada del olor a césped cortado del parque de enfrente.
Llegó con el olor a aire fresco por las mañanas, con la esperanza de volver a mirar por la ventana.
Con las chaquetas olvidadas.
Tanto apuraste el calendario que  languideció deshojándose en la pared, tanto llamaste a la primavera, tantos latidos dieron nuestros putos corazones que se desgastaron en verano.
Pero aún así, la hierba seca, el agua salada y las sabanas mojadas, nos dieron fuerza.
En verano.






-H-

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