domingo, 21 de diciembre de 2014

Inestabilidad.



Me quedé horas apoyada en una estatua que recordaba a otras víctimas que no éramos nosotras. Yo les lloraba a todas ellas pensando en ti. Multiplicándote por todos los factores que nos habíamos expuesto al desnudarnos la piel (me pierdo pensando en la tuya). Al sangrarnos. Al no ser conscientes lo mucho que duele infectar de suciedad y mierda todas las heridas abiertas. Al no ser conscientes de que nos habíamos dedicado a pegar cortes propios en otros cuerpos. Que lo habíamos manchado todo y ya no sabíamos dónde ni con qué teníamos que limpiar aquella matanza de leones.

Lo que antes había sido penicilina en nuestras manos ahora era veneno cayendo del cielo. Eran ondas de arsénico, eran niñas jugando con ántrax. Era el cianuro de postre. Inevitablemente dañinas por inhalación, ingestión y al contacto.

Lo que antes era el antídoto ahora eran espolones sobre tu caparazón. Eran antibiogramas mal valorados, era la cura del cáncer huyendo del enfermo terminal.
“Que no me quiero salvar de ti sino contigo” parecía que gritábamos mientras tú saltabas al vacío y yo apuntaba mi frente con el cañón.

Eras tú no queriendo mi fuego, era yo abandonada en otra ciudad.

[…]

Me quedé pensando, como si el resto del universo fuera un error y las matemáticas me hubieran vuelto a fallar.

[…]

Pensé:

Yo antes tenía un poema precioso naciéndome en forma de enredadera por los dedos. Yo antes tenía un poema susurrándome al oído y lo callé para ir corriendo a hacerlo un poco realidad contigo.
Yo antes tenía un corazón impreso a golpe de cigarro, como pronosticando que aquí veníamos a hacernos daño.

Tuve a un pantera casi a mi lado. IMAGINAOS. Una pantera salvaje saliendo desde lo más profundo del  Amazonas. Firme, fuerte, penetrante. Y se sienta a mi lado y me da golpes con la cabeza en el brazo animándome a acariciarla. IMAGINAOS cuanta belleza. Presa del miedo de ser yo la presa, disparo. Y huye muy a dentro, muy lejos, a la espesura.

Tuvimos las costillas abiertas en forma de mandíbulas, toracotomía voraz. Órganos a la luz de los halógenos. Brillantes. Jadeos agitados, respiraciones cansadas. Pulmones hinchándose y deshinchándose sin ritmo alguno. Mírame, desnuda, abierta, desarticulada.
Noto en mí todavía, la sensación resbaladiza y gelatinosa de miles de manos estrujando un corazón in vivo.

Tuve, y ojalá vuelva a tener, a tus dedos recorriéndome todas las circunvoluciones de todos los lóbulos. Que liberas lentamente, libres palpitan locas todas mis neuronas. Cerebro único de supernova en implosión, barriendo todo a tu paso.

Yo tuve un terremoto entre los brazos y ahora tengo miedo de que me haga trozos muy pequeños y me lleve volando. Que destroce toda mi tierra firme convertida en tormenta tropical.


Vuelvo a mentir, yo nunca tuve nada.
Prestadas.

Me despertaste,
Droga  estupefaciente.
Demasiados gramos para estos pocos kilos...
Me despertaste con sobredosis
Fui fugaz.
Pero sé que todavía brillo.

Consiste mi vida últimamente en sentir mucho y no entender nada.

Ahora me relajo oliendo una bufanda que ya no huele,
conduciendo rápido,
cerrando el ojo izquierdo, 
durmiendo hasta mañana.

Repito, consiste mi vida en sentir mucho y no entender nada.






-H-


Y si quieres no escribiré más sobre ti porque, es verdad, no tengo ni  idea.

Aunque al menos déjame que deje por escrito lo bien que follas.

lunes, 17 de noviembre de 2014

VIVISECCIÓN DE UN ADULTO: INFANTICIDIO

Llegó al parque hace 13 años, cuando yo solo tenía 9. Todavía me acuerdo.

Mis amigos y yo dedicábamos la tarde a reparar camiones de juguete sin ruedas, muñecas sin cabeza o, a veces, puzles incompletos. Pero lo que aquel día llegó a nuestras manos, definitivamente no tenía arreglo, estaba roto por completo.

Nunca habíamos advertido nada igual. Sí, todos los niños los habíamos visto antes (en casa, en la calle, en el supermercado, en el colegio…) pero mirar a uno de ellos a los ojos nos causó dolor. Un gran dolor al que no estábamos acostumbrados. La irremediable certeza de saber que mirábamos de frente a nuestro futuro y no podíamos hacer nada para cambiarlo. Aunque esto, todavía, no lo comprendiéramos del todo.

Venía arrastrado por la diminuta mano de su hijo, el cual tiraba de él con prisa. Jadeando, cuando llegaron a nuestra altura, el niño gritó con rabia “¡ES UNO DE ELLOS, ES UN ADULTO!”
El pánico se extendió desde los bancos hasta más allá los columpios. Esto no era nuevo, hacía tiempo que veníamos sospechándolo. La enfermedad de “crecer” o “madurar” como también es conocida, se había extendido con rapidez por la ciudad. Los becarios de las oficinas la contraían el primer día de trabajo. Los jefes de nuestros padres la diseminaban en cada apretón de manos. Y dicen que los bolígrafos con los que se firmaban contratos e hipotecas también eran la causa. Fuera como fuese era nuestro deber investigar esta terrible plaga y llegar lo antes posible al fondo del asunto.




Y lo que a continuación os muestro, mis muy queridos lectores, es el informe definitivo que redactamos tras la disección del adulto que allí se hallaba (*). Muchos niños desde entonces no duermen por las noches, porque las grandes verdades siempre quitan el sueño. Los mayores, lloran para deshacerlas.


<< […] El Adulto viste triste. Traje gris y corbata con un nudo muy apretado, haciendo el papel de silenciador de carcajadas inoportunas. Camisa blanca impecable, está claro, él ya no juega. Pantalones sin agujeros, faldones muy bien metidos ahorcados por una correa. Zapatos brillantes de betún, a conjunto con el asfalto. Nudos delicadamente simétricos.
Su olor es un horrible cóctel de suavizante, colonia, tabaco,  whisky y sudor que más que asco da pena.

Tras la excarcelación de su propia armadura por parte de los bomberos, observamos que su piel es áspera y pálida, del tono de la ceniza. Uniforme, ni arañazos ni heridas. “Todas las llevo dentro”, comenta.
Tiene una cabeza de dimensiones importantes adornada con un muy cuidado corte de pelo debidamente engominado. Localizamos un mechón rebelde. Grita nervioso ¡Hay que cortarlo!
También encontramos algunos pelos blancos, suponemos que fruto de su sabiduría. Él se avergüenza de ellos. ¿Cómo es posible?

Los ojos. Los ojos están muy enfermos. No brillan. Están atravesados por miles de rayos rojos, como si se tratasen de pequeñas cicatrices acumuladas por ver cosas que no quería. Y se nota, su mirada está sucia de tanto juzgar. De no mirar con respeto. Desenfocados de mirar demasiado a los demás y muy poco a él mismo. [Quiéranse un poco] Y también son opacos, porque ocultan tantas evidencias y tantas realidades…Opacos por mentirse, por no aceptar. Las lágrimas de cavar surcos por sus mejillas perdieron la ilusión. Y no es solo esto. Explota al ver el dinero (lo hemos comprobado) y automáticamente empieza a salivar. ¿Acaso comerá billetes? Se lo damos a probar. Lo escupe (cree que el  sabor de la especulación no le gusta), pero entonces, sus manos buscan instintivamente coger el billete al vuelo. Sonríe  [¡¿No sabe que las sonrisas no tienen precio?!]

Sonríe  y aún así es extraño. Su boca de delgados labios, aún atisbando algo de alegría nunca deja de formar dos líneas paralelas inexpresivas. Como si alguien todos estos años le hubiera reprimido sus más puros instintos.  La abrimos. Una oleada de café y colillas nos echan hacia atrás. Es su aliño de la rutina. De la aceptación y la conformidad.
Su cara tiene algunas arrugas en el entrecejo, curvadas hacia abajo. Haciendo de refugio a la resignación de ser quien los demás querían que fuera. Como le ordenaron que fuera.

Nariz: afuncional. Él quería que su vida oliera de otra forma. 7.00 de la mañana: huele sudor. En el coche, ambientador de pino (pinos que por supuesto hace tiempo que no ve). A las 8.00 huele a oficina y conforme se acercan las 14.00 vuelve a ser sudor. A las 15.00 llega a casa y huele a lo que sea, pero pre-cocinado. Sus hijos comen en el colegio. La tarde le huele a pantalla de ordenador y a lejía. A las 21.00, cuando la señora de la limpieza se va huele a cerveza y con suerte, a pintura de dedos. A las 23.30 huele a porno barato y paja en el aseo, su mujer está cansada. A las 00.00 ya no huele a nada.

Sus oídos oyen y muy pocas veces escuchan. Se moldearon con palabras de menosprecio, de odio, gritos y órdenes. Con slogans de la radio.  Anuncios de teletienda; coches más nuevos, casas y tetas más grandes. Sementales octogenarios, viagra para todos. Urbanización nosequé con seguridad infinita novayaaserqueterobentodatumierda y entonces te veas débil y pequeño. Lavadora, secadora, cincomilrevolucionesminuto. El puré de tu bebé más trasgénico que nunca.

Y a veces también escucha palabras de amor. De 15.00 a 15.30, antena (insertar numero), telenovelas Venezolanas a la carta.
Y otras, son sordos. Los problemas a más de un kilómetro a la rotonda son mentira. Ciencia ficción. Ya lo resolverá algún perroflauta por mí.

[En este punto de la historia, todos los niños pasaron de la pena a la rabia. Indignados, casi sacan sus quechuas a la calle. Pequeños revolucionarios sin voz, ni voto. Siguieron con la disección horrorizados.]

Sus brazos son compactos y fuertes. 100 repeticiones, pesas de 3 kilos, 3 veces por semana. Sin alteraciones macroscópicas aparentes. Y en realidad, si. Presentan contracciones espasmódicas repetitivas. (En este momento todos nos callamos)  Tiemblan. Piden, en su idioma de músculo, MÁS ABRAZOS. Pero salen los peros, diciendo: pero es que no hay tiempo.
Al final de estos, se encuentran unas manos grandes. Grandes de querer abarcar todo. De ambición, y de puños que se cerraron por no conseguir TODO lo que quería. Puños que golpean mesas. También hay que decirlo, nunca golpea personas, aunque en su cabeza se lo imagina a diario. No consiguió ser el mejor de su promoción ¿Y qué? No hizo el gran viaje de su vida, ni vive en la ciudad que deseaba ni es su propio jefe. ¿Y QUÉ? No sabe que la solución no son puños, sino garras que arañen su rutina intentando cambiar cada día un poco. Palmas que acaricien.

[Aquí es donde los niños hacemos un llamamiento mundial escuchado por nadie: ADULTO, BUSCA NUEVAS METAS, CAMBIA, ENFÁDATE SI NO TE GUSTA ALGO, NO TE RESIGNES. PERO NUNCA ¡NUNCA! DEJES DE AMAR LO QUE TIENES Y MERECE LA PENA. Fin del comunicado. El mundo siguió dando vueltas equivocadas como siempre. Alguien se sentó encima de un cicle de fresa. Más hombres bombas recibieron llamadas, más sedantes en los hospitales. Nadie escuchó a los niños que predicaban verdades.] SIGAMOS.

Sus piernas está hechas de prisa, los nervios que las unían al cerebro decidieron suicidarse. Ahora son, completamente autómatas.
En la unión de la prisa se encuentra su sexo. Sexo rápido y robótico. Sexo homologadamente limpio. Aburrido.  Oculto, amordazado y censurado por algodón 90%, poliéster 10%. Triángulo de las bermudas, de lo que pasa aquí nunca se habla. POR DIOS, NO ES DECENTE. Invocarlo es pecado. Los hombres refinados desearían que los niños viniéramos directamente de parís. Y  creciditos.

Ya hemos visto suficiente fachada. Hacen falta demasiadas reformas para el poco presupuesto.
Nota: apuntalar todos los cimientos.

Decidimos abrir.
Para hacerlo bien empezamos por cavidad abdominal. Ahí está, hinchado y retorcido, el estómago. Realizamos una incisión a lo largo de la curvatura mayor exponiendo su contenido a la vista.  Un minuto de silencio, nunca habíamos visto tantas mariposas muertas ni tanto aborto de gusano. Según los restos, el amor murió de sobredosis de analgésicos y antiinflamatorios de última generación.
Lo más visceral, las ganas, agonizan saturadas entre la grasa de la comida. Sepultadas de kétchup y mostaza. La rebeldía y  la indomabilidad fueron domesticas a base de nudos de estómago y apagadas con remedios contra la acidez. Calla hasta las revoluciones de su propio cuerpo. Los órganos de alrededor han quedado irreconocibles, la infección se ha extendido.

Su cerebro, derretido a onda de wifi,  se encuentra desde hace muchos años en una continua guerra civil abusiva entre hemisferios hermanos. Los nervios ópticos se niegan a voltear más caras de famosos petados de bótox. Y ojalá Punset fuera celíaco.

Corazón simplemente, se ha cansado. Late lento y desacompasado. Arrítmico por el abusivo ritmo de un vida sin ritmológico sentido.  Aurículas oxidadas y doble contrachapado. Cansado de recibir sangre de un hígado que no filtra nada, riñones atascados de residuos metabólicos.
Corazón, cansado de bombear esperando un donante,un detonante.
Apagándose sin tener una razón por la que dar un vuelco,
odiándose por estar
todavía
intacto.




Diagnóstico definitivo: INFANTICIDIO.
A veces las vivisecciones son necesarias para darnos cuenta de toda la mierda que llevamos acumulada. Neoplásicos perdidos.





(*)Ningún adulto fue maltratado durante este proceso. No fue necesario, ya lo hicieron ellos solos.





-H-

jueves, 6 de noviembre de 2014

wa maka skan


Logramos distinguir la belleza de lo primero
De lo antiguo
De lo trascendente,
Aun acostados sobre un cielo
Atravesado de cables
Conduciendo electricidad cara a casas frías.
Humanos vendidos baratos.
 Luz azul.
Sabemos mantener los pies en el suelo,
No para dejar de soñar
Sino para sentirnos en contacto
Con nuestra madre que es tierra.
Que es tierra cubierta de cemento
Que es tierra ahogada
Que es tierra yerma

Os juramos, los guerreros
Que tomaremos hachas y tomahawks
Para desatarte del hierro, del alquitrán,
De la gasolina, del neón.

Tomaremos los guerreros cada rincón
Que quede ingenuamente virgen
Y lo cuidaremos con mimo
Apoyando suave nuestros oídos en tus rocas,
 en tu suelo, en tus ríos…
Escuchándote llorar y entendiendo tu lamento
Lloraremos contigo, lloraremos porque nos duele.
Nos duele este saqueo inhumano.
Esta violación permitida.

Cada vez que tiemblas y te quejas
Noto un antiguo corazón en común,
Me reencuentro con algún yo
De vidas pasadas.
Siento a todas las especies, a la primera célula,
Cada vez que me siento en tu vientre, de tierra
Tengo casa, tengo hoguera
No estoy sola.
Soy totalmente comprendida
Quiero ser  la niña perdida
No perder esta ingenuidad adquirida
Quiero que nos protejamos
Quiero que seas mi relación más pura
Siento tu dolor, tu tristeza, tu esperanza a pesar de todo…
Como nos sigues regalando,
Como levantas la cabeza cada primavera
A pesar de todos los palos.

La hierba es la cuna de la que me desterraron.
Mi manta, es la tierra donde acabo enterrando los pies para sentirme un árbol
Fuerte y estable.
Para trasplantarme desde esta casa de cemento que me ahoga.


En círculos hablaremos de todos nuestros planes
Para que sigas viva.
 Para que no caigas olvidada
Para que no acabes hecha toda libros,
Para que no solo en ellos te lean.
Para que seas algo más
Que una pradera en un fondo de pantalla.
Lloraremos contigo
Abrazando a árboles quemados,
Acariciando el pelo-hoja seca de los caidos,
De los talados.
te queremos
Tan viva, tan verde, tan salvaje, tan origen.
Todos los puros de pulmón nos aliaremos
Alrededor de un fuego
Incompresible para el resto
Intentando que siga viva
Nuestra madre
La tierra.


-H-



Día 8 sin ti:



Te he visto sin querer más allá de mi cabeza.
 
Has pasado por el pasillo transparente de tu facultad
Andando nerviosa,
medio saltando medio como siempre,
Sacándote el pelo que se te queda pillado en el cuello de la chaqueta.
Yo, que sabía que aparcar allí era tentar a la suerte
Quería evitar el encuentro
que a la vez  mis ojos buscaban instintivos.
Me he tenido que sujetar el corazón y las lágrimas a dos manos,
Porque ya no sé si nos echo de menos a nosotras
 o a nuestra rutina.
Me es imposible escribir sobre otra. Las malas costumbres.
Quería golpear el cristal. Llamarte…
 saber cómo estás.
Pero me he quedado quieta, en silencio…
viéndote pasar a menos de dos metros.
No te he llamado,
He sonreído un poco
 porque tú,
hablando con alguien,
 lo has hecho.



-H-

jueves, 23 de octubre de 2014

Yo aparecía en cualquier momento y tú no sabias a qué hora vestirte el corazón.



[Siempre creí que este vacío de palabras te seguiría perteneciendo]

[Tu centro.. tan zona cero que me empuja hacia las afueras para no volver a los sitios donde lo fuimos todo.]




Me fijé lentamente en cada parte de tu cuerpo.
Ahí sentada,  llena de lágrimas,
Intentando no venirte abajo porque yo ya lo estaba.

Pensé en la fugacidad, en la fuerza con la que impactan las palabras.
En el antes. En después.
En que una sola frase había acabado con todo.
Mi boca era un cañón humeante recién disparado por un infiltrado del mismo bando.

Pensé en cosas tristes y obvias,
 como que ya no te acaricia mas desnuda.
Como que al llegar a casa quitarías mis cosas de la pared,
 como que ya no quedaríamos para cenar.

Por un momento pensé en tus amigos. No sé muy bien la razón.

Me asoló la terminología que tanto te divirtió cuando lo insinué por primera vez.
Me golpearon con fuerza todas las frases de amor.
Sí, me sentí una mierda.

Pensé en que hace dos años pensé que sería de mí dentro de dos años.
 Y me partí.
Te vi partida en mil.
La imposibilidad de curarte.
 La traición de haberme jurado que yo no haría lo mismo que otras.

Pensé en la barrera infranqueable
 sustituyendo a la normalidad de los besos.
En que ese abrazo me había colapsado el corazón
igual que podía haberme roto todas las costillas.

Te aprisionaba en mi mano,
 negándome a mi misma lo que acababa de hacer.

También me acordé de la canción de Los Planetas,
 esa de la que no supiste decirme el título pero si el significado.
 Y quise retroceder en el tiempo.

Por las noches, las noches son demasiado… ¿A ti te pasa?
todo lo bueno me viene en tromba de agua por ojos.

Eché cuentas:
Calculé el tiempo que pudo pasar hasta que nos admitimos imperfectas.
Que nos llevábamos, casi siempre con paciencia.
La confianza, la sinvergüenza.
 Las sorpresas.
Nos respetábamos los puntos débiles
 y nos comíamos en los fuertes.
Me aguantaste un año fuera.

Pero por mucho empeño que pusieses,
 no soy la persona que se debe ser.
No la que tu quisieras.
[…]

Lo siento si me pudo la avaricia con la que rompí nuestra cama,
con la que maté a nuestros hijos, con la que demolí nuestra casa.
Ya no hay ninguna isla desierta en Tailandia, ni más tapas en Granada.
No más París, no más canas.

creí merecer más
creí poder ser más
y ahora me arrastro, como siempre que lo hice por ti,
pero sin ti.
Y ahora, que nos lloramos posiblemente a la vez
me veo tan llena de sangre,
 sujetando todos los cuchillos
con los que saque pausadamente filo al amor
antes de inmolarlo.

La justicia radica, en que ojala
Alguien más fuerte y feliz que yo
Consiga dormir por las noches y despertarse antes que tú
 para darte los buenos días.


Me pasaré esta tarde por el funeral
de toda esa estabilidad con la que soñábamos
Y yo nunca fui capaz de creerme.
Tranquila,
Ahora todo es calma…
Ya no me tendré que poner de puntillas
 ni a ti te dolerá la espalda.

Hasta luego amor,
adios sirena…
Volveremos a encontrarnos en el cuadro de mi habitación
 volando cometas.




-H-

sábado, 1 de marzo de 2014

Terapia para los hijos del psicólogo IV


Antes de salir al escenario y comenzar me dije: late pronto y  hiere a un futuro cadáver. Ama como si fuera tu última noche de soledad. Fusílalos a todos. Cálales el corazón.

Sé un parto sin asistencia ni cordón umbilical. Una expulsión a presión propia y de cabeza a un mundo nuevo. Abre los brazos y enséñales el corazón entre la boca. Que sepan que tienes dientes para sus cuellos.
Me dije muchas, muchas cosas antes de todo aquel desastre. De aquel tropiezo en el primer acto.
 Y entonces fui.
Un corazón atravesado en plena tráquea. Ninguna fuerza para respirar. Un puñetazo que me lo hizo tragar para esconderlo y que no me hicierais más daño. Los primeros pasos que se mezclaron con las ganas de llorar.

Aprendí a no regalar mariposas a la primera que adivinara que yo también volaba. Y aprendí a asesinarlas escribiendo sobre ellas. Utilicé a chicas buenas como juguete favorito e intocable que dejaron de funcionar cuando aprendieron las instrucciones de vuelo en mi lengua muerta.
Fui, la enfermedad terminal de una enfermera que intentó salvarme a costa de ella misma. Una caja fuerte explotando no tan fuerte pero con la cabeza muy alta.
La chica invisible de clase. El dolor en los días de fiesta. Su misma altura.

Es cierto que nací sola en un mundo nuevo, lanzándome a vuestros brazos con todo el amor y la esperanza  de una vida en blanco. Y solo fuisteis capaces de recibirme con tres heridas gigantes, para lo pequeña que yo era.

Me seguía diciendo: se la poesía agresiva, la miel que envenena. Un proyecto de revolución borracha en cualquier festival.
La que se hace la dura y luego llora. Las gafas de lejos para analizaros muy de cerca. El orgullo de admirar en secreto a todos los artistas de este bar.
La que fluye entre versos. La que huye en la realidad.
Me dije aúlla. Aúlla como una zorra asustada y provocadora con el subconsciente lleno de pupilas. Reclama amor y comida a partes desproporcionadas.

Y sin embargo fui: un cerebro de puta con tacones y un corazón tan fiel al recuerdo como se pueda en el pecho.
 La infidelidad como herencia relegada a los genes recesivos por voluntad propia. Un  patrón impreciso pero existente. El patrón repetitivo hasta la saciedad. El asco
La mirada objetiva de una teoría filosófica
Un “tu hija ha muerto” frente al deseo de un “Tranquilos, la llevaremos al cementerio solo para que reviva a todas las flores”
La locura del insomnio cuando no tienes quien te acompañe. Las lágrimas de impotencia.
El miedo a mí misma. La autodestrucción como primer mandamiento. Compasión y victimismo propio tomando forma de musa violada.
La que salvaría a todos menos a ella. La que se enamora de todas y quiere que todas se enamoren exclusivamente de ella.
La letra pequeña de un contrato imaginario donde me convencí que quedar segunda en tu vida no era tan malo. Que ir escalando solo era cuestión de tiempo. Que en una mochila aparte de sueños también cabían heridas y fracasos.

Y lo sigo siendo
Años luz a diez centímetros. Un roce de manos a mucha distancia. Velocidad en los dedos, corazón. Lentitud en los párpados y en la vida.
Una mezcla rara de niña-mujer que cuando está comiéndote el coño solo piensa en hacerse un hueco ahí dentro. Construirse un refugio oscuro y caliente en tu útero y por un momento sentirme a salvo del mundo, y de mi misma.
Fui y sigo siendo muchas cosas a las que todavía no les he podido poner nombre, pero todo lo que recuerdo después del coma, es que fui capaz de quitarme una armadura de hierro y cubrirme únicamente de palabras bonitas que resultaron estar hechas de un metal más fuerte.
Que a pesar de tu odio por las agujas,  te gustaba mi sangre.

Y que a día de hoy, joder, no me arrepiento de nada.



-H-

miércoles, 26 de febrero de 2014

Magia de mentira.



A veces creo
Cuando estamos cara a cara
Que en un escandaloso silencio
Intentas recordarme eso de
“ las pupilas se dilatan
Un 20 por ciento
Cuando te detienes a admirar
algo que te gusta”
Y resaltas y te exaltas,
 medio triste,
advirtiendo
lo pequeñas que están las mías
siempre que me miras.
Sonrío y te digo:
Amor, no eres consciente
Cada vez que abres los ojos
y me miras
De toda la luz que disparas.


Y te dejo con la duda
De si serán, otra vez,
mentiras de poeta,
 o magia.




-H-




jueves, 30 de enero de 2014

"Madrid es ella, y yo, solo una de sus calles"


Dime a qué hora llegas
Que me empiece a poner nerviosa.
En qué calle te recojo
Para ponerla más guapa.
En qué dirección caminarás
Para encontrarte de frente.

Dime que aquí me quieres de fiesta
Para que te vuelva borracha.
Que quieres que te baile sobre el sofá
Con una copa en la mano y en bragas.

Descríbeme todos los ingredientes
De lo que nos vamos a comer en 3 noches.
La música que sonará de fondo en nuestros gritos,
El suelo que barreremos con la espalda.

Haz una lista de cosas que no haremos
Y visitas a las que llegaremos tarde
Por tu insinuante manera de querer despertarme.
Ríete de todo lo que te diga,
No me sigas el rollo.
Recuérdame como es volver a besarte.

Imita acentos raros, tócame el culo si me enfado.
Apártame el pelo de la cara.
Haz que los zurdos se mueran de envidia,
Quiéreme mucho empezando desde abajo.

Pídeme que te lea;
Espera media hora a que no me muera de la vergüenza.
No me sueltes la mano,
Agóbiame.
Lléname este vacío
Y vacíame entera.

Hazte la loca si intento secuestrarte el domingo.
Sé el mejor monumento sin descuento a grupos.
No me devuelvas nunca a la realidad de los lunes.

Pero sobre todo, cuando hayas llegado
Hazte la perdida.
Confúndete entre toda esta gente,
Hazme pensar que puedo salvarte.
Vísteme de súper héroe, pero no me olvides cobarde.
Mírame a los ojos cuando creas encontrarme
Búscame.
Que yo estaré a punto de taparte los ojos por detrás
Y decirte bajito
Que ya estás en casa.

Deja una parte de ti en Madrid.
Sé ella.

Quédate, aunque te vuelvas.











-H-

600mg. Fiebre


Son las tres y media
y calculo que son treinta y nueve.

Faltan cinco horas para que suene el despertador
Y calculo que deberán ser treinta y nueve.

Aquí,
me grita un eco horizontal 
"hace demasiado calor."
alargándose cientocincuentaysiete centímetros
y rebotando 
de   pies  a  cabeza de cabeza a pies depiesacabeza.

mi corazón bombea agua hirviendo.

La cama se ha conviertido en un barrizal caliente que me absorbe
y solo puedo moverme  a golpes de epilepsia.

Llevo dos horas clavando las pupilas en el techo
respirando únicamente por la boca.
Sintiendo un frío  con doble personalidad:
Húmedo y seco.

Cuando cierro los ojos,
A todo lo negro le suceden miles de chispas
que acaban por abrasarme las pupilas.

Mi garganta llora de sed.
Logro alcanzar un vaso lleno
pero se desvanece porque otra vez estoy soñando
y no puedo distinguirlo.

Me sobra toda la ropa.
En un intento suicida mi pierna sale de la manta
Retorcida
Y vuelve, muerta de miedo, por si la amputa
el eterno monstruo de debajo de la cama.

Todo es sudor y ansiedad. Falta de aire y tos delirante.

Inevitablemente,
Acabo perdiendo los calcetines.

Desquiciada,
Giro las articulaciones de mi cuerpo todo lo posible buscando no se qué posición que consiga hacerme dormir y olvidarme del las dos agujas que parece que me han clavado en la frente.

Vuelvo a calcular que deben ser 39
joder, o más.
Y aunque no me he atrevido  a ponerme el termómetro.
¿Qué si lo fueran? 

Esta noche me has preguntado que cómo estaba
Y me han faltado huevos para decirte que tenía fiebre.
Ya sabes, que si no puedes venir a cuidarme, prefiero no preocuparte.
Y te he soltado

Amor, lo que me pasa es que estoy muy muy caliente.




-H-



 [El primer día que me quise hacer la valiente. Luego, a escondidas, me tomé un Frenadol]