domingo, 19 de abril de 2015

Sé con certeza, que la primera vez que rebusqué en mis huecos no fue con un támpax amarillo, ni con dos dedos.

Que cuando cuento nuestra historia sigo narrándome de zorra solo por la excitación que siempre me ha provocado infiltrarme entre la mayoría. Intento adoctrinar emociones. Que mi soledad recurrente me pida de comer, sumisa, una vez al mes en vez de todos los días, a cada minuto, a cada segundoacadasegundoacadasegundoquenoestás.

No hay comentarios: